martes, 22 de mayo de 2012

Canto de un niño a una madre desesperada

Hoy voy a hacer un poema, un canto a la mujer que espera.
Hoy quiero hacer un poema, aunque yo no sea un poeta.
Mujer desesperada que callas por amor,
    mujer del viento que en silencio amas.
Mujer amante, madre y dueña, mujer con pena,
    pongo en mi cajón de sueños todas tus huellas.
Tus dedos pintan la historia, tus senos la crean,
    tu magia inventa mis credos, y por eso te pienso.
Madre de todos, no quiero un solo día,
    madre sin semen, no me importa este día.
Mientras lo básico golpea, mata y olvida,
    tú escribes las paredes de mi cielo.
Mientras la fuerza invade mis sueños,
   yo intento recordar tus besos.
Mujer valiente que espera, anímate y no esperes.
Me guardo tu mirada cómplice si quieres,
    pero no me abandones.
Mujer guerrera, dulce y triste,
    no me mires con vergüenza.
La guerra no es de ustedes, la ira tampoco.
La violencia es de los hombres,
    mientras los vientres, retorcidos,
        florecen.
Inventé mareas con todas tus lágrimas,
    y naufragué con la paz entre mis piernas.
Y no me olvido de la vida, ni de los úteros, ni de los cuentos.
Y no me olvido de la historia, escrita por ustedes día a día.

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